La
ciudadanía implica algo más que tener derechos, es ante todo una práctica
cotidiana. Es visible en las acciones, en las expresiones y en las luchas que
emprendemos así como en las formas de relacionarnos con los demás. Implica
valores y un grado de involucramiento con la comunidad, lo cual permite que nos
preguntemos ¿de qué beneficios gozo? y ¿de qué
me hago cargo?, que no son otra cosa que los derechos y las obligaciones.
Pero ¿cómo construir ciudadanía? en primer lugar:
reconociéndola. Al reconocer nuestra ciudadanía, no solo reconocemos que
tenemos derechos y obligaciones sino que nos reconocemos como seres que podemos
cambiar nuestras condiciones existentes. Y para cambiarlas hay muchos caminos,
la vía más conocida es la participación ciudadana como son: la exigencia
pública, las marchas, la contraloría social o el voto en las elecciones, por
mencionar algunas.
No obstante, existen otras formas de participación que
pocas veces son reconocidas y que se relacionan con la identidad y el sentido
de pertenencia a una comunidad como son la solidaridad, la reciprocidad, la
cooperación y el compromiso social. Todas estas acciones las hemos realizado en
menor o mayor grado en algún momento, por ejemplo: cuando pagamos impuestos,
cuando donamos a daminificados, cuando cedemos el paso, cuando respetamos los
señalamientos, cuando evitamos tirar basura en la calle, cuando ayudamos a
algún vecino o bien cuando participamos en el mejoramiento de nuestro espacio
público. Lo cual muchas de las veces lo llamamos "poner un granito de
arena".
Sin embargo, esta participación es más allá que poner
un granito de arena, es una participación social que implica reconocer los
grados de intregración de la comunidad, la socialización y permite impulsar la
iniciativa colectiva, de modo que sin la solidaridad, la reciprocidad y el
compromiso social muchas de las acciones comunitarias no podrían lograrse. Así
que, para construir ciudadanía no sólo es importante la participación política
en el espacio público sino la participación con nuestro vínculo más cercano: la
comunidad.
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